La industria soporta retrasos de más de 3 meses en componentes de automatización
Una encuesta de InfoPLC ha dimensionado el impacto de la crisis de los semiconductores: el 90% de los más de 100 profesionales consultados confirman que sus fabricantes les están dando plazos de más de 3 meses para las entregas

Con el objetivo de aportar luz en relación a cómo está viviendo la industria española la crisis de los semiconductores, InfoPLC lanzó una encuesta destinada a recoger datos sobre esta compleja situación para la cual no se vislumbra una solución clara.
Los datos recogidos confirman que más de un 90% de los profesionales encuestados están sufriendo retrasos en la entrega de componentes de automatización, y de éstos, el 45% corresponde a retrasos de más de tres meses, el 28% entre 1 y 3 meses y el 20% retrasos de al menos un mes.
Desde el comienzo de la crisis de los semiconductores InfoPLC ha dedicado numerosas páginas de información a analizar la situación del shortage. Se han abordado los motivos de la crisis y las vías para paliar sus efectos así como alternativas que el mercado ha propuesto, y aún propone, para ‘superar’ la tecnología electrónica. Tras un primer artículo que, no sin dificultades, dio voz a la industria, esta encuesta es otro paso más para dar visibilidad a una situación generalizada, la que sin embargo, está siendo poco difundida y de la que cuesta depurar datos.
PLCs: los componentes más afectados
En el Top 5 de los retrasos son los PLCs los dispositivos sobre los que existe una mayor demanda no satisfecha: el 85,5% de los encuestados afirma que está sufriendo delays en la entrega de esta tecnología. Le siguen inmediatamente después los variadores de velocidad (66%), las pantallas HMI (casi 55%), los servos (43,5%) y los motores (32,3%). También se mencionan dispositivos de medida de potencia, fuentes de alimentación, switches y routers, y en un porcentaje residual (4%), los robots.
La encuesta dedica también uno de sus apartados a descubrir qué marcas de tecnología industrial están sirviendo sus pedidos fuera de los plazos estuipulados. La pregunta tenía el objetivo de desvelar si era una situación generalizada en el panorama tecnológico industrial local. Como conclusión general, se detecta que la rotura de stock afecta a todo tipo de firmas: fabricantes nacionales, globales, de componentes o de soluciones llave en mano. Los profesionales encuestados mencionaron un total de 25 firmas que han informado de retrasos en sus entregas.
Preguntados sobre cómo se valora el esfuerzo de información que están haciendo los fabricantes y distribuidores de automatización ante los retrasos y la falta de componentes, las opinión es mayoritariamente positiva. En una escala del 1 al 10 la mayor parte puntúa la transparencia de sus proveedores entre el 5 y el 7, siendo una minoría aquellos que afirman que existe opacidad al respecto.
El impacto en la cadena de valor de la industria
Los retrasos sin duda representan una importante fuente de tensión en la relación que los proveedores de tecnología tienen con las empresas productivas, y a su vez, la relación que éstas tienen con sus clientes finales, sin embargo, en la mayoría de los casos, la relación contractual no se rompe: en el 50% de los casos los clientes finales no lo entienden pero mantienen los compromisos con las firmas de tecnología. En el 30% lo entienden y no ponen problemas con los retrasos, y tan sólo en un 20% de los casos los clientes finales están haciendo búsqueda activa de alternativas.
En relación a las perspectivas de mejora de la crisis de los semiconductores, la mitad de los profesionales participantes en la encuesta creen que no será hasta en un año, como mínimo, que no mejore la situación (48%). El 40% confía que en 6 meses el shortage estará resuelto, y en menor medida (12%) creen que las tensiones finalizarán en menos de tres meses.
Y a partir de ahora... ¿qué? El 40% de los profesionales confiesa que, tras la experiencia de esta crisis, se está planteando hacer acopio de componentes con el objetivo de protegerse ante futuras roturas. Pese a ello, el 60% que no lo ve necesario.
A la vista de los resultados de la encuesta, se intuye que, por el momento, no existe una sensación de pánico generalizado. Lo que sí se aprecia son movimientos de los proveedores en el mercado: el 60% reconoce que durante estos meses han sido contactados por fabricantes con los cuales no trabajan habitualmente para que pudiesen evaluar sus productos.